No es de extrañar que el concepto que se tiene de la rosácea sea el de una enfermedad crónica de difícil curación. La mayoría de los artículos de divulgación en Internet e incluso artículos publicados en revistas científicas o capítulos de libros se refieren a esta patología como tal. Sin embargo ya se debería actualizar el concepto y añadir que aunque sea una enfermedad con una clara carga genética y tendencia a la cronicidad, un tratamiento adecuado conseguiría controlarla con gran eficacia y a largo plazo.
Y es lo que nos demuestra el día a día de nuestros pacientes, en los que con un correcto tratamiento médico (oral y/o tópico) y cosmético se les puede controlar muy satisfactoriamente su patología. Siempre podrá aparecer algún brote más adelante, pero será más ocasional, de menor intensidad y más fácil de enderezar de nuevo.
En el caso de la paciente de la fotografía, gracias a este #abordajeintegral conseguimos estabilizar la piel en pocas semanas. A partir de ese momento hay que seguir trabajando para que la piel alcance el mayor nivel de salud posible, sea más resistente a los estímulos que favorecen la aparición de los brotes y se muestre, además, lo más bonita posible.
Así que el mensaje es de esperanza. Detrás de una piel con #rosacea se esconde siempre la posibilidad de disfrutar de una maravillosa piel.