Los días de playa y piscinas eternos en los que nos sentábamos a tomar el sol sin ningún tipo de protección han pasado a ser historia: en la mayoría de casos, la concienciación a la hora de utilizar factores de protección es máxima.
Todos sabemos que la excesiva exposición a los rayos solares puede ser nefasto para nuestra piel y, por eso, utilizar la crema adecuada nos ayudará a coger un bonito bronceado, sin necesidad de quemaduras. Tu tipo de piel, la época del año e incluso el lugar en el que te encuentres, determinará el tipo de factor que necesitas. ¡Desde Demax Clínic te damos unas sencillas pautas para que des con la tuya!
La importancia del tipo de piel
Una de las principales características que van a influir en la elección del factor de protección va a ser tu tipo de piel. Dependiendo si tenemos más nivel o menos nivel de melanina en nuestro cuerpo, la piel reaccionará diferente al sol. Aquellas personas que son tienen la piel más clara deberán utilizar por tanto un factor mucho más alto y específico para pieles sensibles. A partir de un 30 es lo recomendable, aunque en la mayoría de ocasiones incluso más.
Las que son un poco más morenas deberán utilizar una crema que les aporte la protección necesaria que, aunque sea más baja, debe ser la necesaria para tener una total protección.
Si además de todo lo anterior, tienes la piel grasa, lo mejor es que huyas de aceites y cremas muy untuosas, y apuestes por un fluido mucho más ligero y que no aporte grasa a tu piel.
Tipos de factores de protección
A pesar de que llevan con nosotros décadas, existe bastante confusión en torno a qué son los factores de protección solares y cuáles son sus principales indicaciones. Muchas veces no sabemos cuánta crema utilizar, cuánto dura su efecto y cada cuánto tiempo debemos aplicarla. ¡Atentos a estas indicaciones!
- SPF: estas son las siglas que se refieren al factor de protección solar, que será el que nos indique el grado en el que nuestra piel estará protegida frente a los rayos solares.
- UV: se refiere a la radiación ultravioleta.
- UVA: son los rayos solares que más penetran en nuestra piel, y los principales causantes de las apariciones de manchas y arrugas.
- UVB: este tipo de rayos solares son los que afectan a las capas más superficiales de la piel y, por tanto, los causantes de quemaduras y heridas. Por eso, utilizar una crema con un SPF adecuado, nunca menos de un 15, es de vital importancia.
Crema solar en cualquier época del año
Uno de los retos que la mayoría tenemos a la hora de cuidar nuestra piel es el de utilizar un factor de protección durante todo el año. Cada vez que nos da el sol, nuestra piel se ve resentida y la temida aparición de manchas puede convertirse en una realidad.
Además, aunque no estemos directamente expuestos al sol, este consigue penetrar en nuestra piel, por lo que estar preparados para ello resulta fundamental. Un truco que nos puede ayudar a hacerlo es aplicarla siempre por las mañanas antes de salir de casa, como parte de la rutina diaria.
Es importante recordar también que aunque los factores de protección nos ayudan a evitar males mayores, no lo es todo. Ser responsables con las horas que estamos expuestos al sol y estar bien hidratados son algunos de las prácticas que lo complementan. Como ves, con estas sencillas pautas darás con la crema perfecta para ti y, si no es así, siempre puedes consultar a los expertos, que te guiarán hacia ella.